El rayón se siente bien en la piel. Este precioso material brilla como el terciopelo y combina con casi todas las tendencias de la moda, ya sea en forma de vestidos y pantalones sueltos, bufandas con vuelo o camisas de colores. Pero, ¿cómo se puede lavar correctamente el rayón para que conserve su brillo? No es tan fácil porque es un material muy sensible.
Para entender cómo lavar correctamente el rayón, es conveniente conocer sus propiedades. El rayón, también llamado seda artificial, es un producto hermafrodita, una tela mitad natural y mitad química. Se fabrica a partir de la celulosa, que se procesa posteriormente sobre una base química.
El rayón es delicado, se arruga con facilidad y se encoge rápidamente. Por eso es importante elegir la temperatura adecuada y un detergente apropiado. Sin embargo, a veces no es necesario tener en cuenta ninguna restricción a la hora de lavar una tela de rayón, concretamente cuando la prenda está hecha de una mezcla de materiales.
- Como el rayón tiende a encogerse, solo tolera temperaturas bajas de hasta 40º C. Esto es así si vas a lavar una camisa de rayón, pero también es válido para cualquier otra prenda.
- Si no quieres arriesgarte, deberías optar por una temperatura más baja y lavar el rayón a 30° C. En caso de duda, consulta la etiqueta de cuidados.
- Para proteger el material, se recomienda llenar el tambor de la lavadora a no más de dos tercios.
- Las cremalleras, las lentejuelas o la pedrería pueden rozar y provocar manchas. Es mejor lavar estas prendas por separado.
- A veces es aconsejable lavar el rayón en frío, por ejemplo, si se trata de una bufanda. Es mejor utilizar un detergente que también sea adecuado para la lana. Para mantener la forma y la ligereza de tu bufanda, se recomienda secarla en posición horizontal y plancharla a baja temperatura y cubierta con un paño.
- El rayón generalmente no recibe un cuidado adecuado. Si una prenda ha encogido, lávela de nuevo a 40° C o póngala a remojar con un producto de cuidado para el cabello de bebés. Esto aflojará las fibras para que puedas volver a darles forma con suavidad.
La estructura del rayón hace que se arrugue con mucha facilidad y por eso las prendas de este material no son aptas para la secadora. Lo mejor es colgar los tejidos en un gancho al aire libre. Nunca pongas la tela sobre un calentador, las altas temperaturas de este suponen un riesgo de encogimiento. Para que el rayón vuelva a estar bonito y suave después del lavado, empieza a planchar antes de que la tela esté completamente seca. Plancha en un segundo nivel con la tela colocada debajo de un paño húmedo. Una plancha de vapor también es apropiada.
Es posible que hayas lavado tu prenda de rayón por primera vez y la hayas sacado de la lavadora en un estado inusual. La tela se sentía casi tan rígida como un trozo de cartón. No te preocupes, no tienes que reciclar tu prenda. Habrás notado que durante el secado, la tela vuelve a ser suave y después del planchado, recupera su textura original.
Asegúrate de que el detergente sea adecuado también para bajas temperaturas para que tu ropa de rayón quede realmente limpia. Un detergente suave es adecuado para las fibras delicadas. La mejor elección sería un detergente líquido como MAS Delicada - Cuidado Delicado, que mantiene la intensidad de los colores.
Depende del tipo de rayón. El modal, por ejemplo, se compone exclusivamente de fibras de madera de haya y se hila de forma diferente. La ventaja es que la tela se seca más rápido y es resistente al calor. Por eso, la ropa de cama, los tejidos para el hogar y las sábanas suelen estar hechos de modal, que incluso puede lavarse en agua caliente. Lo mismo ocurre con el Lyocell, que se obtiene de la madera de los eucaliptos y es popular para los vestidos de verano y la ropa interior.
Es recomendado siempre revisar la etiqueta de tu prenda y en caso de tener dudas, primero hacer una prueba en un área pequeña.